Luis Santana, Triunfa En Proyectos Mineros Internacionales
28 años han transcurrido desde que Luis Santana se convirtió en el primer ingeniero de su familia y desde entonces, se han abierto las puertas de un mundo laboral lleno de posibilidades, trabajando con disciplina y excelencia, palabras que describen su trayectoria profesional.
Una pasión que empezó desde antes de ingresar al INTEC
A temprana edad tenía afinidad por la construcción, y desde su pueblo natal, Azua, soñaba con proyectos en el área de carretera y movimiento de tierras. Cautivado por el prestigio de INTEC y la fortaleza de la institución en las áreas de ingeniería, inició la carrera de Ingeniería Civil en 1992.
“Lo que se hablaba en ese momento en mi época era que los profesionales que salían del INTEC egresaban con un mercado asegurado, que teníamos las puertas abiertas en diferentes organizaciones a las que fuéramos a buscar trabajo y que íbamos con las herramientas necesarias para poder salir con éxito ante cualquier tarea que se nos presentara”, afirmó.
Fue cuando comenzó a cursar las asignaturas del ciclo profesional que confirmó su vocación. Estudiar en el INTEC fue un reto a superar, y aunque vivió circunstancias que lo hicieron cuestionarse si tenía lo necesario, resultó vencedor al graduarse en el 1994; y poder presentarle ese éxito a su familia, fue lo más emocionante. “Gracias a Dios no me he detenido desde ese momento”, celebró.
La disciplina de trabajo de INTEC lo preparó para las exigencias del mercado
Desde que terminó sus estudios empezó a trabajar en su carrera, confirmando así las motivaciones por las cuales decidió ingresar a la Colmena, y al mes siguiente encontrarse trabajando en su área. “El aporte curricular de INTEC es integral y completo. El método de enseñanza te hace darlo todo para poder alcanzar el logro. Esa disciplina de trabajo me preparó para el mercado laboral”, destacó.
Su primer contacto con la actividad minera fue en calidad de ingeniero de Obras Públicas, en la construcción de la autopista Duarte. Al terminar la construcción en 1996, como consecuencia de la interrelación de este proyecto con las operaciones mineras de Falconbridge dominicana, obtuvo una entrevista que le permitió ingresar en la empresa y posteriormente seguir escalando a posiciones clave.
Con mucha disciplina y ganas de aprender, fue instruyéndose por diferentes departamentos en la empresa, hasta que ingresó al área de ingeniería en servicio técnico. Más tarde fue incorporado al área de proyectos, donde tuvo el privilegio de participar en los proyectos más importantes de expansión de la empresa.
Ejerciendo su pasión por el mundo
Fruto de todas las experiencias adquiridas y destacada trayectoria dentro de la empresa, se le presentó la oportunidad de ser trasladado como superintendente de construcción de proyectos, a una subsidiaria en Chile que estaba en proceso de crecimiento.
Mas adelante, en 2010, pasó de estar en un proyecto minero a cielo abierto en el desierto de Atacama, en la cordillera de los Andes, como ingeniero gerente de área y luego se trasladó a otra empresa en Australia que administraba una mina subterránea de uranio. “Tuvimos la oportunidad de formar y establecer el departamento de ingeniería y de proyectos en esa empresa”, contó.
Al finalizar una maestría de Gestión de Proyectos en la Universidad Católica de Chile, se presentó la coyuntura de regresar a República Dominicana a cargo de la construcción de la presa de colas y del departamento de Proyectos de Barrick, Pueblo Viejo, en la cual estuvo contribuyendo en 2012 y 2013.
Posteriomente fue promovido al área de operaciones de minas en el 2014 y pudo salir a la altura del desafío que le habían planteado. “Un reto impresionante, pero teníamos un equipo de profesionales dominicanos la mayoría con excelente capacidad, muchos egresados del INTEC, ingenieros civiles que desde el año 2010 al 2012 habían sido formados por los expatriados que estaban en Barrick como ingenieros de biotecnia, en el área de planificación de minas, operación de minas”, señaló.
Siguió ascendiendo hasta ser designado a un proyecto de una mina en Argentina en el período 2018-2019. “Estábamos en la cordillera de Los Andes, del lado argentino, a casi 5,000 metros de altura. Mucho frío, mucha nieve, poco oxígeno, muchos desafíos, pero salimos a camino”, indicó.
No obstante, clasifica esta experiencia como una de las más fascinantes en su vida profesional, a cargo de una operación completa. Además, participó en un proyecto greenfield para la construcción de una mina de oro nueva en la República de Ghana, al Oeste de África, en la parte Norte del país.
Tal como le caracteriza su entrega y búsqueda de la excelencia profesional, continúa haciendo cambios en su vida. Actualmente es CEO de la empresa canadiense GoldQuest, compañía que promete desarrollar una minería responsable y apegada al respeto del medio ambiente y los recursos naturales, en su proyecto de concesión para la exploración de la loma Romero en la provincia San Juan. “La meta es utilizar nuestra experiencia y todo lo aprendido, para ponerla al servicio del país y poder aportar al desarrollo de esa comunidad”, puntualizó.
Se fue de la Colmena hace 28 años y regresó al país cargado de experiencias
Luego de 28 años de haber egresado del campus con su título de ingeniero civil y recorrer millas por el mundo ejerciendo con pasión y disciplina la profesión con la que había soñado, desde regresa a su tierra natal, cargado de experiencias y deseos de seguir contribuyendo con su país y con las nuevas generaciones de estudiantes que, al igual que él, buscan escalar en el ámbito profesional.
Luis Santana es un egresado que inspira, porque ha demostrado que no importa donde estés o la circunstancia que sea, siempre hay que buscar la excelencia y dar lo mejor que uno tiene para obtener el mejor resultado.
Luis Santana celebra 50 años de un legado que inspira y nos mueve al futuro
Al recorrer las instalaciones del INTEC, acompañado de la Unidad de Egresados y el equipo de Comunicación Institucional de la universidad, con el rostro cargado de nostalgia, recordaba todos los momentos vividos en su alma mater, las largas horas de estudio que dedicaba en la biblioteca y la disciplina de trabajo que lo preparó para las exigencias del mercado.
“Estoy muy contento, y noto que la universidad está muy cambiada. Nueva infraestructura, equipos más modernos… Pero veo el mismo espíritu de INTEC, el mismo espíritu de iniciativa, de trabajo, de alegría en el campus y me siento sumamente a gusto”, destacó con ilusión mientras contemplaba todos los avances de lo que fue su hogar académico.
“Me siento muy orgulloso de haber tenido la oportunidad y la dicha de haberme formado en una universidad como esta, mi alma mater, y de ser parte de esta familia de 50 años que le ha entregado a la sociedad dominicana profesionales de primera línea: profesionales con una disciplina de trabajo, una disciplina de profesionalismo, de perseguir y de buscar la excelencia en todo lo que nosotros hacemos”, expresó con gran emoción.
Agregó: “El INTEC somos nosotros. El INTEC lo formamos los estudiantes y los egresados de la universidad, y en nuestros hombros llevamos el nombre de la organización”.