Sarah Pineda, Líder estratégico en operaciones, producción y logística
29 años han pasado desde que, Sarah Pineda, gracias a la beca PIES, se convirtió en ingeniera industrial. Desde entonces ha basado su trayectoria profesional en liderar las áreas de operaciones, producción, compras, proyectos, seguridad, logística y distribución, tanto en industria alimenticia de comercialización masiva, como en la industria farmacéutica.
Soñando con la excelencia del INTEC
Sarah Pineda, se encontraba en cuarto de bachillerato y ya era momento de confirmar lo que quería estudiar. Nunca se imaginó que una visita de una universidad al salón de actos de su colegio iba a cambiar su vida totalmente. “INTEC fue al colegio, recuerdo estar en el salón de actos cuando promocionaron como tal la universidad y desde ahí empecé a soñar con lo que era la excelencia del INTEC, hasta que participé en la convocatoria de becas PIES y fui elegida dentro del programa”, afirmó.
A nivel académico siempre se destacaba como estudiante meritoria y pertenecer al Programa INTEC con los Estudiantes Sobresalientes (PIES), fue de gran satisfacción para ella y su familia; un peldaño más por conquistar. “Supremamente orgullosa. Satisfecha del logro personal y muy agradecida por la oportunidad que INTEC nos brinda a nosotros los becados”, destacó.
Empezó su primer trimestre en el año 1990, en una universidad que la recibió con los brazos abiertos. Inmediatamente se sintió respaldada y empezó a forjar muy buenas relaciones, tanto con sus compañeros, como con los profesores. “En esos tiempos éramos todos acogidos, no había distinción, todos éramos iguales. Venimos a estudiar, venimos a formarnos con la necesidad de crecer, para crecer juntos”, contó.
Vivía en San Cristóbal, por lo que pasaba la mayor parte de su día en INTEC donde se respiraba aprendizaje por todas partes, entre las aulas y la biblioteca, alquilando los cubículos para poder trabajar en grupo. “Recuerdo mucha, mucha felicidad. Recuerdo todavía como hoy, el día que llegué, recuerdo a la profesora Ligia en español, a la profesora Almonte en matemáticas, a Alcántara en quehacer científico y más que todo la vocación de enseñanza que siempre tuvo el INTEC”, señaló.
Es cuando se introduce en las materias de la carrera de Ingeniería Industrial, inmediatamente le cambian el chip, mostrándole que todo se puede mejorar. “Ese nivel de ser eficiente, de ser productivo, es algo que nos lo insertaron y que no se borra, no se cambia. Al contrario, lo refuerzas. Esa es una de las cosas más importantes para nosotros los industriales. Siempre hay una forma de hacerlo mejor y de superar constantemente la meta”, puntualizó.
En el año 1994, llega el momento de graduarse. Se sintió satisfecha con el deber cumplido y el privilegio de estar ahí. “De haber corroborado con la misión del INTEC de traer estudiantes de mérito educativo, sin recursos, pero que también teníamos la oportunidad de estar ahí. El haberlo logrado, haber terminado en tiempo, fue una satisfacción muy personal y de mucha alegría para mí y para mi familia”, celebró.
De la Colmena al mundo laboral
En el último trimestre, se le presentó la oportunidad de hacer una pasantía en MercaSID, por lo que ya laboraba a medio tiempo. Tuvo la dicha de pertenecer y ser seleccionada en una de las mejores empresas de República Dominicana y en la que se formó como profesional. “Tuve la oportunidad de hacer pasantía. Por los mismos frutos que di como estudiante me contrataron. Ahí inicié los primeros seis años de mi carrera, a cargo del almacén de repuestos”, expresó.
Nunca imaginó que su labor no iba a empezar por producción o por calidad, que es lo que todo industrial sueña. “Arranqué por un almacén de repuestos que no era visto para una chica”, afirmó.
La entrega que le caracterizaba le permitió, en el año 1997, ser ascendida como encargada del Centro de Distribución. Era un cambio drástico, entre manejar piezas, elementos, productos terminados, tarimas, contenedores, hacer despachos, manejar clientes y ahora pasar a estar del lado de ventas; era muy diferente. “Fue un momento muy importante porque es cuando la empresa evoluciona y pasa a ser la que es hoy. No hubo mejor sitio para formarme como profesional”, indicó.
En el año 1998, sigue persiguiendo la excelencia al culminar en su alma máter la Maestría en Alta Gerencia, con el objetivo de complementar sus habilidades con el mundo competitivo, globalizado y de escenarios cambiantes.
Más adelante, en el año 1999, decide explorar y pasa ser parte de Comercial La Cayena, S.A. Grupo CSU Costa Rica Pali, como gerente de logística y distribución. “Me contratan para desarrollar ese Centro de Logística desde cero, diseñar el layout, contratar el personal y empezar a recibir los proveedores", agregó.
Luego de estar ahí, aproximadamente tres años, la organización se retira del país y pasa en el año 2001, a trabajar en Parmalat Dominicana. “En Parmalat volví al área de comestibles. Siendo gerente de logística tuve a mi cargo todos los almacenes, ya no producto terminado sino insumos, más materia prima. Hubo un equipo extraordinario que me acompañó y revolucionamos todo lo que era Parmalat", señaló.
Después, en el año 2002, llega a Aluminio Dominicano, S.A. (ALDOM), como gerente de logística, donde manejó toda la planificación y tenía a cargo la programación de la producción.
Luego de un período de dos años, le sugieren pasar a Laboratorios Rowe donde lleva los últimos 17 años de su profesión. “Inicié igual, como gerente de logística. Me contrataron para diseñar el Departamento de Planificación y Gestión de Almacenes”, destacó.
La organización apuesta al talento local y decide hacer carrera con ella, siendo de los primeros industriales que entran a la industria farmacéutica, como gerente de producción. Pasa a dirigir el área productiva con farmacéuticos a cargo de las operaciones directas y ella liderando todo lo que era producción. “La empresa se encontraba en un nivel y necesitaban llevarla a que fuera muchísimo más productiva, más eficiente, que se desarrollaran todos los proyectos que estaban en carpeta”, celebró con mucho orgullo.
Al cabo de dos años, en el 2009, le ofrecen la dirección de Operaciones. “Desde la Dirección de Operaciones, hoy administro toda la fábrica a nivel país y reporto a Megalabs, la casa matriz en Uruguay", afirmó.
Una empresa que ha sabido adaptarse a las exigencias del mercado; logrando modernizar, tecnificar e innovar en la fabricación de productos farmacéuticos confiables y apegados a los requerimientos de estándares internacionales.
Sarah Pineda celebra 50 años de un legado que inspira y nos mueve al futuro
Entró a INTEC en el año 1990 siendo una buena estudiante, pero salió en el año 1994, siendo una excelente profesional; entendiendo que para un inteciano no hay obstáculos, no hay dificultades que no se puedan enfrentar. “En INTEC te forman, no sólo de manera intelectual. Te forman, en tú entender, la capacidad que tienes, más allá de lo que crees. Me enseñó a hacer que lo imposible se vuelva posible”, contó.
No hay proceso, no hay producto, no hay nada que tú hagas que no puedas lograr una mejor versión, y eso lo aprendió en INTEC. En los momentos más difíciles, siempre aspiró a más y presentó la mejor versión en todas las propuestas que tenía a su cargo. “Nosotros superamos las expectativas y seguimos desarrollando soluciones con los recursos que se tengan a la mano y sobre todo invitando a otros a que se sumen a la excelencia, como nos enseñaron a nosotros”, expresó.
Agregó: “Todos los que vienen de mi generación, dentro o fuera del país, se destacan. Se destacan por la excelencia con la que se trabaja, es un sello inigualable que INTEC nos impregna".
“Ser parte del legado de INTEC es un privilegio. Es un privilegio por la distinción que el INTEC hizo, en mi caso, de ser una becada y darme la oportunidad. Yo soy una muestra de la visión de una universidad que le da oportunidad a personas, incluso sin recursos. Yo soy la muestra, junto a todos los egresados del programa PIES, de que traernos acá, de que ayudar, de colaborar, nos hizo profesionales que no imaginábamos”.