Solo 8 años han avanzado desde que Saray Checo recibió su título de Ingeniería Aeroespacial. Diseñar aviones o naves espaciales era su sueño, pero al presentarse la oportunidad de trabajar apoyando la construcción y proyectos de operaciones de submarinos nucleares, no dudó ni un segundo en aceptar la propuesta y, desde entonces, ha sido una experiencia muy gratificante.
INTEC le abrió las puertas a los Estados Unidos
Su padre y su hermana son egresados del INTEC, y mientras crecía, siempre tenía ese orgullo y emoción de poder estudiar donde estudiaron ellos. Atraída por la reputación inmensa de la Colmena en las áreas de Ingenierías, decide estudiar con el Programa Internacional 2+2.
“Es una universidad que de verdad enseña al estudiante a pensar, tiene un excelente curriculum de ingeniería. Yo quería estudiar con los profesores del INTEC, ya que tienen mucha trayectoria y su historia aporta a nuestro país”, destacó.
La modalidad de estudios del Programa 2+2 permite cursar ingenierías únicas en la oferta académica nacional. Los primeros dos años de formación básica se cursan en INTEC, y los siguientes dos años en universidades de Estados Unidos, e instituciones con las cuales el INTEC tiene acuerdos; el título profesional es avalado por estas universidades. “INTEC ofrece distintos programas como el de 2+2, fue muy bueno para mí, ya que me abrió las puertas a los Estados Unidos”, expresó.
Antes del INTEC, producto de las pocas vivencias a su corta edad, imaginaba que la vida universitaria iba a ser fácil. Asumió esa tenacidad y esas ganas de aprender; de retarse en cada momento, y esa hambre de perseguir sus sueños, pero sobre todo nunca rendirse. 30 personas iniciaron el programa y solo 11 pudieron entrar a la Universidad Penn State. “Luchar por nuestros sueños es algo muy importante, en momentos pude rendirme y cambiar de carrera, pero tenía muy claro que es mejor seguir, uno no se puede rendir. Pertenecer a una comunidad tan grande, me ayudó a seguir y dar lo mejor de mí”, afirmó.
Entre lágrimas, felicidad y mucho orgullo de representar a la República Dominicana, fue una de los tres dominicanos en cumplir la meta de graduarse de Aeroespacial en Penn State, considerada una de las mejores universidades de los Estados Unidos y entre las primeras 50 mejores universidades globales según los rankings de Newsweek y The Economist. “Cuando veíamos a las personas que se graduaron con nosotros, el sentimiento fue de orgullo de representar nuestro país”, celebró.
Sus familiares más cercanos asistieron a la graduación, y se veía en sus rostros esa alegría de que la más pequeña de la familia obtuviera este gran logro académico. “Mi padre, mi madre, mis hermanos, recuerdo la sonrisa de toda mi familia; ese sentimiento de orgullo, vieron en mí los frutos que ellos sembraron. Ese título fue un ejemplo de que valió la pena, emocionados de que venía después, eso me dio mucha motivación”, señaló.
Luego de la graduación, era momento de probar al mundo que sí podía y que iba a lograr las metas que se había propuesto en su plan de vida. “Me sentí un poco abrumada después de terminar la carrera, porque lo difícil vino después al buscar trabajo, saber cómo iba a aplicar lo aprendido en una industria, además, si volver a mi país o quedarme en los EE. UU”, puntualizó.
Ejerciendo su pasión en aguas extranjeras
Gracias a la carrera que escogió, obtuvo varias propuestas laborales y optó por trabajar en General Dynamics Electric Boat. Inició como ingeniera estructural, trabajando con la estructura del submarino y la parte nuclear; así como diseñando y apoyando los proyectos de operaciones. “Fue increíble, solamente con poder tener el trabajo y poder entrevistarme, fue un logro para mí”, festejó.
La barrera del lenguaje no fue un impedimento para seguir alcanzando la excelencia. “Yo sabía inglés, pero los términos en ingeniería son diferentes; tenía que estudiar después del trabajo. Fue uno de los retos que tuve que enfrentar al empezar a trabajar”, explicó.
Dentro de la misma empresa se le presentaron otras oportunidades de trabajar en proyectos de ingeniería mecánica y eléctrica, convirtiéndose así en una ingeniería multidisciplinaria. Por el buen desempeño de los proyectos realizados, ganó una entrevista para ser supervisora del departamento de pruebas de los submarinos. “Esta experiencia me abrió las puertas al trabajo que tengo ahora de Engineering Project Lead”, celebró.
Es responsable de los esfuerzos programáticos y la coordinación del trabajo que apoya la planificación y ejecución de la producción; construcción del módulo del motor en preparación para la prueba en la instalación de prueba de compatibilidad (CTF), incluida la gestión del
presupuesto de construcción de instalaciones. Dirige un equipo de ingenieros, diseña operaciones de construcción y planificadores para garantizar la finalización de la secuencia de construcción y prueba.
Saray Checo celebra 50 años de un legado que inspira y nos mueve al futuro
La cultura inteciana la preparó para el mundo laboral, dando siempre la milla extra. “Esa cultura de trabajar en equipo, de siempre pensar cómo dar la mejor versión de mí, cómo ser innovadora; no ser feliz con lo mínimo y traer algo diferente a la mesa”, destacó.
Hoy es parte de una comunidad de profesionales que siempre persiguen la excelencia en todo lo que hacen. “Es un orgullo para mí ser egresada del INTEC, me siento muy feliz de que la institución siga manteniendo esa reputación y mejora continua. Siempre me sorprendo con los boletines”, expresó con gran emoción.
Agregó: “50 años es solo el principio es una celebración de todo lo que hemos podido contribuir con el país”.