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Patricia Liranzo

Psicóloga clínica-psicoterapeuta, es egresada del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), es docente universitaria desde el año 2011 y una investigadora en el campo de la Psicología y Educación.

Aumento del estrés en una situación de pandemia.

La situación actual que vive el mundo y nuestro país con la pandemia del COVID 19 ha generado cambios significativos en las dinámicas individuales, familiares y colectivas de los y las dominicanas. Esta situación de salud amenaza la vida de las personas, y ha derivado en muertes a nivel local e internacional, así como la medida preventiva de la cuarentena obligando a la ciudadanía a enfrentarse a una nueva rutina que no surgió de una planificación previa.

En ese sentido, es esperado que los niveles de estrés en las personas aumenten y puedan llegar a convertirse en ansiedad patológica o en un trastorno de ansiedad. El estrés es un mecanismo fisiológico cuyo propósito es la protección cuando el organismo percibe una amenaza. Es una respuesta natural y adaptativa que posibilita que la persona afronte distintas situaciones en la vida y permite asumir los cambios que se generan en el contexto externo. El estrés como respuesta nos faculta para la supervivencia.

Con un virus como el COVID 19 resulta que el mecanismo del estrés activa el sistema miedo que si no tiene una forma de canalizarse de manera apropiada genera valoraciones cognitivas de que la amenaza en inminente y esto puede llevar a experimentar ansiedad. Ansiedad que se define como:

… un sistema complejo de respuesta conductual, fisiológica, afectiva y cognitiva (es decir, a modo de amenaza) que se activa al anticipar sucesos o circunstancias que se juzgan como muy aversivas porque se perciben como acontecimientos imprevisibles, incontrolables que potencialmente podrían amenazar los intereses vitales de un individuo (Clark & Beck, 2012, p.239).

Entonces frente a una amenaza de salud real y verificable y a una modificación brusca de las dinámicas de vida de las personas, ¿qué podemos hacer? Aquí algunas recomendaciones.

Si usted lo que está experimentado son niveles leves a moderados de aumento del estrés, puede organizar una activación conductual, que es estructurar de manera organizada las actividades de su día aun esté en su casa. Estas actividades incluyen las responsabilidades laborales, que se puedan hacer desde la casa, y las propias del hogar, actividades físicas, actividades de entretenimiento y placer y actividades de familia o pareja si ese es el caso.

Cada una de las actividades se disponen con niveles de impacto bajo, es decir que sean acciones con una duración de tiempo corta con el fin de activar la energía de forma progresiva y poder alcanzar completar las actividades, lo que incrementa el sentido de logro.

Es importante que dentro de esa estructura haya espacio para crear proyectos, o hacer esa actividad que se tenía pendiente y no se pudo terminar. Para atender los síntomas fisiológicos de nerviosismo o alteración puede practicar respiración diafragmática o ejercicios de relajación como la muscular progresiva de Jacobson y Adiestramiento autógeno de Schultz, visualizaciones y ejercicios de mindfulness (conciencia o atención plena) todos disponibles en versión audio o video en el internet.

Es relevante hablar con los seres queridos de los sentimientos y pensamientos que surgen a partir de esta situación y poder contactarse con los amigos y otros familiares por internet. A las personas que no tienen acceso virtual como son muchas personas de nuestro país, retomar juegos, canciones, y actividades de entretenimiento como acciones incluidas en la rutina diaria.

Las personas que tocan algún instrumento pueden organizar un horario del día para la práctica del mismo. El arte, en cualquiera de sus formas, ayuda a expresar y canalizar los sentimientos que acompañan el estrés y la ansiedad. Se recomienda revisar las informaciones del virus solo de las fuentes válidas y autorizadas para ello y en una frecuencia interdiaria. Si tener demasiado información le afecta disminuya la frecuencia.

Ahora bien, si al establecer una estructura, ocupar el tiempo y procesar las emociones asociadas a la situación actual el nivel de estrés sigue en aumento y no cede, es menester contactarse con una psicóloga clínica y psiquiatra para evaluaciones correspondientes y diagnóstico de algún trastorno de ansiedad, o trastorno de estrés agudo.

A las personas que ya han sido diagnosticadas y están en medio del proceso de tratamiento psiquiátrico y psicológico, el seguimiento continuo, en este periodo, es vital. Las personas que han padecido trastornos de ansiedad, pero están en remisión entonces pueden tener un contacto con su terapeuta para activar las estrategias que ya conoce y ha incorporado para el manejo de su ansiedad y atender sobre todo la parte relativa a las valoraciones cognitivas o pensamientos aprensivos.

Es posible afrontar esta situación de pandemia, permitiendo espacios para sentir y procesar nuestras emociones, pero sin hacer revaloraciones catastróficas de la misma que produzcan un malestar emocional significativo. Está en cada persona hacerse responsable del manejo propio de su situación de estrés y de vida actual, y si usted percibe que no puede solo, entonces llame a los profesionales certificados para la atención psicológica y comience un proceso de acompañamiento terapéutico, en principio, virtual.

Elaborado por:

Lic. Patricia Liranzo